DESCUBIERTO UN ACUEDUCTO EN CARTAGENA
El tipo de acueducto descubierto es un qanat, o de captación por galerías subterráneas horizontales. La época de construcción de un qanat se puede extender desde hace tres mil años, como en Persia, al imperio romano; bizantino; expansión arabe y en los siglos siguientes, aunque del encontrado aquí no hay correspondencia con ningún proyecto conocido de los últimos tres o cuatro siglos. El que suscribe sólo se ha dado cuenta de su existencia cuando precisamente buscaba lo que se muestra a continuación. No se conserva el arcuatio, o parte elevada más característica de un acueducto, sino algunos elementos y sistemas que pueden ser de interés para la arqueología y la historia hidráulica.
Vista superior del canal del acueducto en superficie, con un aspecto similar al de un tren |
Es probable que al menos uno de los canales de conducción llegara al arsenal y que este no fuera para riego o limpieza, porque la sección del acueducto aparece cerrada en su cubierta superior, impermeabilizada por el exterior y recubierta con variadas capas de enlucido en las paredes del interior del canal. No se descarta que llegara algún canal de alimentación al sistema de embalses sucesivos de Benipila que mantuviera más o menos fijo el nivel del agua de los embalses y que estos a su vez sirvieran para regar huertas en una cota inferior a 20 metros, que abarcaría el hondo entre la Vaguada y Fuente de Cubas y entre el Barrio de la Concepción y Nueva Cartagena, en donde se incluirían aldeas agrícolas y villas a las que también abastecerían los distintos acueductos derivados desde las galerías de captación.
RESTOS DE ACUEDUCTOS EN SUPERFICIE, GALERÍAS Y PRESAS
Los restos hallados son varios tramos discontinuos de acueductos en superficie, en el entorno del cauce de ramblas próximas a la ciudad, así como gruesos trozos de presas perpendiculares al cauce.
A pesar de la acción agresiva de los torrentes en los cauces, no es extraño que se construyeran estos acueductos en plena rambla, si tenemos en cuenta la posible existencia de una sucesión de embalses dispuestos a lo largo de su trazado sobre el cauce, que no solo servían para aprovechar el agua, una cantidad no despreciable que podía llegar a tres o cuatro hectómetros cúbicos anuales, sino también para formar los remansos de agua que evitaban las turbulencias y sus posibles daños a las conducciones, aunque al dejar de funcionar el sistema como se proyectó en su momento, los embalses se debieron colmatar y romper y las riadas empezaron a destruir los acueductos del suelo de las ramblas.
Vista de la parte superior del specum, con lo que parece la segunda capa de signinum sobre pared del specum |
Sección de la caja del canal, llamado substructio cuando discurre sobre la longitud de un muro |
Sección transversal del acueducto en un tramo en superficie |
En otros puntos cercanos hay resaltos sobre la cubierta del canal con forma semiesférica que dispone de una apertura superior cuadrada que comunica al canal, seguramente con la posible función de insertar una piedra larga o algún obstáculo que permitiera bloquear la corriente de agua del canal y graduar así su velocidad. En otros dos puntos de la cubierta hay dos piedras alargadas que penetran en el interior.
Sobre el punto del canal donde se separan las dos derivaciones de distribución, se sitúa una caseta o torre de base hexagonal, con techo de tejas, una entrada y un ventanuco. Está hecha de aparejo de mampostería recubierto de mortero y piedras planas más pequeñas. A su entrada hay escalones que bajan a los tres canales a los que da acceso, aunque tapan parcialmente las bocas de los mismos. Unos diez metros aguas abajo se forma una franja recta de terreno elevado empedrado, transversal al cauce, que formaba seguramente una presa, posiblemente de dos muros. En el extremo de esta presa hay un albercón de derivación, que no se sabe de qué época es.
Sobre dos puntos del trazado se conservan en cada uno una porción de muro de algo más de un metro de ancho que cruza el canal sin cortarlo. Uno lo hace perpendicularmente y con recorrido algo curvo. El otro lo hace en diagonal y junto e ellos hay diseminadas por el suelo algunas porciones rotas más.
En otro tramo más corto hay dispuesto junto a una pared del cauce un depósito abierto por arriba, de forma ovalado con pared de mampostería, de unos tres metros de largo por uno de ancho situado en la parte superior del canal. En el lateral del depósito orientado hacia la pared de la rambla, aparece sin pared y los limos cubren su interior hasta la mitad, por lo que no se sabe cómo se comunica con el interior del canal inferior. Puede tratarse de un depósito de limos usada para decantar sólidos de un canal proviniente de una galería de captación subalvea y que se uniría de forma perpendicular al canal de conducción de la rambla, ya que unas decenas de metros aguas abajo se ve en la misma pared de la rambla una sección transversal de canal distinto al de conducción. Tiene una anchura de canal de unos dos metros, con suelo de un grosor de un metro y con paredes de un metro que son más bajas que las de los canales de conducción. Tal galería parece que se incorporaba al canal de conducción de la rambla, aunque en ese tramo no se conserva el canal de conducción ni la incorporación de la galería a este, junto a otro probable depósito.
Arriba, ancho de muro transversal al cauce. Abajo, vista posterior de la misma porción de presa |
En otras dos zonas del cauce aparecen restos de presas hechas de conglomerados con grandes cantos, lo que se llama caementicium para los romanos. Las porciones más largas todavía guardan el alineamiento transversal al cauce, aunque con una inclinación en su altura. Una de estas presas tiene un grosor de unos dos metros, aunque parece tratarse de una presa de dos muros. Otra aguas abajo es más gruesa, con unos dos metros y medio de ancho.
LAS FUENTES DE AGUA Y SU CAPTACIÓN
Ante la falta de grandes manantiales en la región, los antiguos decidieron buscar bajo el suelo cercano una parte del agua potable que necesitaban.
La red de captación de estas aguas era una serie de galerías de captación subalvea que solían discurrir en dirección transversal a las vaguadas y cauces para abarcar la corrientes que circulan por debajo en el sentido descendente de la pendiente. Por su trazado, los obreros hacían pozos verticales cada cierta distancia para sacar el desescombro de la galería; bajar a ésta para su limpieza y mantenimiento o para una función de aireamiento del agua captada. De la existencia de sus lumbreras se sabe por archivos de fotografía aérea de 1929. Hay al menos cuarenta lumbreras o bocaminas entre las cuatro lineas de galerías y conducciones, que desembocaban en los canales de conducción. Es muy posible que en tramos del cauce en los que el lecho rocoso impermeable era poco profundo, se decidieran por represar el efluente subterráneo mediante presas subalveas, en las que se levantaba un muro pantalla desde un cimiento excavado en la roca, hasta llegar al nivel superficial, donde se recogía el agua.