sábado, 4 de noviembre de 2017

LAS AUTOPISTAS DE PEAJE EN ESPAÑA: UNA REPRESENTACIÓN DE LOS CONFLICTOS TERRITORIALES

La presencia de localismos recuerda a la historia del desarrollo de las ciudades estado griegas, donde las luchas manifiestas coexistían y podían ser tan abiertas y dramáticas como las guerras ante otros pueblos nacionales. En todos los casos las guerras siempre han tenido un trasfondo de intereses territoriales, aunque afortunadamente eso no quiere decir que todas las disputas y conflictos se hayan resuelto de esta forma, poniendo en marcha diálogos y actitudes positivas de aproximación, negociación, entendimiento y colaboración bien entendida.

En los conflictos territoriales siempre han estado presentes los factores económicos del dominio de la producción general o el del comercio, afanándose los poderes por el control de rutas o del propio comercio.

Hoy día poco ha cambiado. Los gobiernos y las poderosas élites económicas cada vez más globalizadas o intercomunicadas siguen una geoestrategia del territorio que cuenta con instrumentos mucho más poderosos para ser aplicada, a la vez que la población, la producción y la capacidad técnica son mucho mayores que en la antigüedad.

La autopista es hoy el medio de comunicación de personas y bienes más libre y accesible, una de la representaciones más evidentes de la geoestrategia territorial planificada que se pone al servicio de las sociedades de las economías desarrolladas.




Distribución de las autopistas en España y la justificación de sus peajes


A finales de los 60 comenzaron a construirse las primeras autopistas en España. Habían muchos menos vehículos y poder adquisitivo, pero su realización en las rutas a hacia Europa o por las costas era una inversión que unida a su capacidad de impulsar el desarrollo suponía una inversión que podría ser rentable con el tiempo, como así fue. Más adelante, el cobro estatal de impuestos generaba recursos para hacer autovías sin peajes por todo el territorio, algo que pagaba todo español, pero que sin embargo beneficiaba en algunos casos a ciertos territorios en detrimento de otros, algo que quedaba bien definido por los intereses que regían el territorio a través de las comunidades autónomas. Las autovías y en algún caso las autopistas, podían cubrir las rutas que no estuvieran justificadas por intensidad de tráfico, dado que su planificación podía atender a razones estratégicas arbitrarias y ocultas que los gobiernos autonómicos no tendrían por qué explicar.

Al realizar una autopista de peaje uno de los principales factores a tener en cuenta es su viabilidad económica. Para ello se busca aprovechar los tramos de mayor intensidad de tráfico o que al menos tengan un potencial de incrementarlo para prever su rentabilidad y oportunidad. Las causas de la intensidad del tráfico son variadas, pero también una inversión requiere saber su dificultad y coste para compararlo al beneficio que puede generar.

Las causas de la intensidad de tráfico pueden variar también si tenemos en cuenta que se pueden crear nuevas y mejores conexiones, túneles o rutas que absorben el flujo de circulación y entonces poder aprovecharlo para aumentar los ingresos por los peajes.

En el siguiente mapa de España de autovías y autopistas se remarcan los tramos de peaje y las causas por las que se decidieron a invertir en estas obras, de acuerdo a una previsión justificada de tráfico para una explotación rentable.

En trazo menos grueso se representa la red de autovías gratuítas, sin peajes
Se puede observar cómo la gran circulación de las rutas con peaje está causada por diferentes motivos que se convierten en una oportunidad de negocio y a la vez en una función socioeconómica importante.

El que genera mayores costos pero también más beneficios es el cruce de sierras a través túneles (tramos de color negro). Son los casos de importantes rutas entre León y Asturias o el cruce de la Sierra de Madrid y también de acceso a lugares turísticos, como Sóller (Mallorca) o el Cadí (Pirineo). Cuanto más nos acercamos a la frontera terrestre de la península las rutas se van aglutinando y aumenta su circulación. Son las rutas transeuropeas (en verde) y discurren por Cataluña, País Vasco y desde las zonas que las preceden (Burgos, Zaragoza y Valencia). Las franjas costeras de gran intensidad turística también son recorridas por vías de pago (azul marino). Hay tramos que discurren por franjas de gran densidad de población (gris oscuro), normalmente también costeras (Rías Bajas, Levante, costas próximas a Barcelona o Costa del Sol) o interurbanas (Sevilla-Cadiz-Jerez), también con función estacional. En las grandes ciudades se construyeron accesos radiales con peajes (en violáceo), especialmente en Madrid,  para intentar aprovechar la disuasión de atascos en las grandes autovías de entrada. En La Mancha hay una autopista de uso casi estacional (naranja) que comunica Madrid con Levante. Existen dos tramos cortos de peaje hacia Ávila y Segovia (marrón) destinados a aprovechar  trayectos cortos de verano y fin de semana desde Madrid. En Galicia y Navarra hay rutas de pago (azul claro) que son a la vez financiadas por sus gobiernos regionales. Por último hay tramos interregionales (azul grisáceo) de largo recorrido en la periferia (Bilbao-Zaragoza-Barcelona) o que son conexión (Astorga-León) de las mismas.

En color rojo se encuentran la autopista Cartagena-Vera (115 km) y en menor medida y parcialmente Astorga-León (37 km), cuyas razones de realización como rutas de pago y motivo de negocio no existían a su inicio, creando un perjuicio a las zonas por las que discurre, debido a que estas vías de altos peajes injustificados no sirven para comunicar a su población, ni para favorecer a su economía en ningún sector. Lo peor es que en la práctica se elimina cualquier mejora de la comunicación entre sus poblaciones al descartar la existencia de la autopista la demanda de una nueva vía (carretera o autovía) gratuita por el llano de la costa entre Cartagena, Mazarrón y Águilas.



Coste de los peajes en cada autopista


Construir una autopista para crear un beneficio empresarial y crear una ruta de transporte útil a la sociedad no solo tiene en cuenta el costo de su construcción, sino de la oportunidad de negocio al monopolizar  una ruta, imponiendo peajes que atienden a las dos razones. En el siguiente cuadro aparece la justificación de los precios de los peajes de autopistas



Enseguida se aprecia la proporcionalidad entre los precios más altos de peajes y los mayores costos de obra en su construcción, como es el caso de las travesías de grandes sierras con túneles y desniveles, en donde se suma una funcionalidad turística, como es el caso desde las sierras hacia la Costa del Sol, Sóller (Mallorca) o en el Pirineo hacia las pistas de esquí. A continuación se encuentran los accesos a Madrid y Barcelona, sobretodo en Madrid, donde se dotó a la capital de una red radial de accesos  que, a diferencia de las de Barcelona, fueron realizadas en conjunto y como disuasión de las otras vías de acceso gratuitas frecuentemente congestionadas, mientras que las de Barcelona ocupan sus rutas de acceso de forma exclusiva. Las inversiones de las autopistas de Madrid llevaron a la quiebra a las concesionarias y a sus consiguientes rescates pagados por el estado, algo que era fácil de prever y su resultado territorial es que se ha dotado de una nueva red de accesos prácticamente inútiles a Madrid pagados nuevamente con dinero de todos.

Seguidamente se sitúan los altos precios de peajes en la Costa del Sol. Aquí no importa tanto una razón de alto costo de inversión en la obra, sino el amplio margen de beneficio que plantea su explotación en una franja de gran actividad turística, con densidad de población media alta.


Las rutas Cartagena-Vera y Astorga-León registraban antes de la construcción de sus autopistas una intensidad media diaria de tráfico que no justificaba en absoluto proyectos rentables de vías de peaje. Llama la atención además su alto precio si tenemos en cuenta la ausencia de grandes túneles, desniveles o valores reales en las expropiaciones. Como era de esperar el resultado es la quiebra de las concesionarias y su consabido rescate que cualquiera podía anunciar. Lo peor de los rescates a concesionarias de autopistas en rutas desérticas es que el estado paga el valor de las inversiones mientras se continúan cobrando peajes en las vías. A diferencia de las autopistas de Madrid, en donde existen autovías gratuitas por cada ruta de autopista de peaje, estas dos autopistas  han sido claramente proyectadas en este caso como muros frente a la libre movilidad y al desarrollo de estas zonas, lo que implica que el estado se dedica a implicarse en proyectos regionales de desertización demográfica y económica de forma vergonzosa y en privilegio de localismos regidores de esas regiones, así como de las empresas creadas para tal fin. Muchos inversores han participado de estas tramas de perjuicio territorial y corrupción manifiesta sin que los partidos políticos se aperciban de la magnitud de estas operaciones en las que se atenta ilegalmente contra la población y sus posibilidades de progreso económico por vivir en determinadas zonas.

Las siguientes autopistas con precios menores son otras en los que se repiten las funciones de acceso a Madrid y Barcelona y de servicio a franjas turísticas de la costa. Bajando más se encuentran las primeras autopistas construidas en España, que son las que discurren por País Vasco, Cataluña y regiones aledañas, que cubren las rutas de estas y entre estas regiones, además de ser las rutas de acceso terrestre de la península al resto de Europa.

Por último, las más económicas son autopistas promocionadas por comunidades autónomas (en el interior de Galicia y Navarra) y las que discurren por otras zonas densamente pobladas, como la costa gallega, Sevilla-Cádiz, Levante o las cercanías de Bilbao.


lunes, 2 de octubre de 2017

Análisis del 1 de octubre



El referendum se ha producido, no en su versión legal según la Constitución Española, pero sí para una parte de la opinión pública internacional y para los nacionalistas catalanes. Hemos visto cómo la ley española es papel mojado para los sediciosos, pero ¿y los políticos del ámbito nacional? ¿actúan usando la C.E. como resorte para apoyar una política favorable a la unidad de España?

En el conflicto hay dos posiciones protagonistas: el independentismo del gobierno catalán y la resistencia del gobierno de España. Rajoy ya anunció que su respuesta sería proporcionada a los acontecimientos ilegales, lo que supone que va a responder de forma estrictamente selectiva contra cualquier movimiento y sus actores que rebasen la línea de la legalidad, y nos da a entender que no va a actuar políticamente más allá de responder a simples infracciones. Es decir, que no piensa dar una respuesta política a este problema. Las razones pueden ser muchas y en cierto modo podría tener justificación según las circunstancias del poder en esta época y el escenario general nacional e internacional que se da, y que ciertamente no parecen muy favorables a exacerbar políticas de soberanía nacional, algo que ya hemos visto que se ha castigado mucho en los últimos tiempos. Puedo poner ejemplos, como las intromisiones internacionales en países como Libia, Siria o incluso Polonia.

El gobierno de Rajoy presenta un modelo liberal de hacer política, limitándose a hacer funcionar los órganos del estado sin entrometerse en los asuntos del pueblo, decantándose entonces la gente por una búsqueda individual de solución a sus necesidades. El rechazo del sistema a responder a los movimientos sociales siempre interesados y falsos daría paso a la mejor adaptación del individuo a este sistema, sin más norma o filiación que el cumplimiento de las leyes. Este es el ideal imaginario en el que vive Rajoy, el Partido Popular y otros partidos y corporaciones económicas.

Por lo tanto, según esta fe, la historia de las masas ha llegado a su fin. Los separatismos por ejemplo serían solo un fantasma a desnudar, como mera proyección de una serie de intereses económicos personales y corporativos con sus respectivos engaños sociales. Las exigencias (verdaderas o falsas) de cada reivindicación social no serían más que instrumentos para ganar ventajas económicas y el equilibrio social en cualquier ámbito es una quimera falsa, siempre maquillada con datos rebuscados para tranquilizar a la gente y llegado el caso aprovecharse de ella para conseguir votos.

El referéndum independentista se presentó al gobierno como un desafío de los fantasmas sociales que se empeñan en demostrar que existen. Los nacionalistas lo anunciaron, pero se negaba el derecho a existir y el mantra del exorcismo era: “no habrá referéndum”. Y eso era todo, porque los tirones, golpes y empujones es otra faceta de la aparición de la que se podrían encargar después un nutrido contingente de fuerzas legales del orden.

Rajoy seguía confiado en sus colegas de los países de la UE. Nada que temer entonces, salvo que esa unión de países contradijera a los países mismos que la integran, como una computadora que toma vida propia y decide con insospechada extrañeza lo que el usuario tiene que crear.


Llega el 1 de Octubre

Para el día anunciado de la aparición fantasmagórica se desplegaron decenas de miles de efectivos de las F. y C.S.E., lo que no impidió que unas 2.200.000 personas acudieran a votar en las urnas repartidas por unos 2.200 colegios electorales, de los que entre 100 y 200 fueron cerrados o precintados. A pesar de la ausencia de garantías la votación ocurrió guardando las formalidades que les fueron posibles.

Los incidentes con violencia eran de esperar. Es lógico ante las infracciones de la ley que las fuerzas del orden la ejerzan. Sin embargo, y viendo el resultado de la jornada, la coerción legal en sus duros enfrentamientos solo consiguió cerrar un 8 o 10% de los colegios previstos. Como gesto de reivindicación fue un logro entre los nacionalistas. Como consulta, incluso podría ser útil en determinadas circunstancias graves. Del lado del gobierno, la gestión para impedir el referéndum legal en realidad ya estaba hecha debido a la falta de reconocimiento internacional y de garantías legales, por lo que el empleo de la fuerza realmente no aportaba nada al no impedir ni la movilización masiva para votar ni el propio registro de voto masivo. Al contrario, la recolección de imágenes violentas publicadas ha servido para que cierta opinión pública e inesperadamente la UE protesten contra el uso de la violencia del estado, una violencia que es legítima cuando es proporcional (y lo fue) pero sobre todo que es legítima cuando es operativa, es decir, útil para impedir el operativo del referendum. Y ahí es donde no parece que exista una justificación coherente para su uso en un problema de calado social tan importante como es hoy el nacionalismo en Cataluña.


La formulación de reprimir al infractor de la ley se quedaba muy pequeña para hacer frente al fantasma que Rajoy no quiere ver y que es real, que es el que le exige afrontar este asunto con la política. La función de un político no debería ser la de fabricar o negar realidades ni su dimensión, sino en gestionar la búsqueda de soluciones a los problemas y si es posible, convertir la solución de los problemas en oportunidades para el bien común. 






domingo, 5 de junio de 2016

EL TRABAJO COMUNITARIO DE LOS INMIGRANTES COMO ALTERNATIVA 

Para atender emergencias humanitarias ante guerras, crisis económicas, hambrunas o catástrofes naturales, se ofrece la idea de los campamentos de autogestión, en los que se aprovecha el trabajo de los propios inmigrantes o refugiados organizados en comunidades para generar los bienes y servicios que necesitan (alimentación, mobiliario, construcción, educación, sanidad, etc), o realizar otros trabajos en beneficio del país que acoge, fuera de la competencia de las empresas o trabajadores nacionales y con derecho a cierta remuneración pública mínima que aporte liquidez para sostener el resto de actividades, creando a la misma vez servicios e infraestructuras para nuestro país, con claro beneficio económico, y evitando la carga económica pública del sostenimiento y de los problemas sociales inherentes a este éxodo que parece imparable.

La integrantes extranjeros estarían organizados y controlados por voluntarios, internos o externos a la propia comunidad o por el ejército, de modo que los justificados temores a las consecuencias de la inmigración quedarían prácticamente resueltos. Las personas que integrarían estas comunidades podrían ser separadas convenientemente de acuerdo a las premisas que fueran necesarias, como la peligrosidad o el ámbito laboral, y se añade la posibilidad de que los campos de autogestión sirvan para los parados o reclusos que conseguirían una experiencia por la que muchos pagarían por tener.

El paso por estos campamentos sería temporal y da la oportunidad de incluir más tarde a estas personas a la sociedad o a su país o también para contener y controlar a personas con alta peligrosidad, como delicuentes habituales, terroristas, etc, por la seguridad de todos.

Campamento para refugiados en Alemania. La organización es básica
 para atender cualquier programa humanitario masivo.

Las guerras, inestabilidad, pobreza o desastres naturales están provocando cada vez más la migración desesperada para poder sobrevivir en otro lugar, confiando su vida y en muchos casos la de sus familias, a extranjeros y a otros gobiernos para que les concedan lo necesario para vivir. Esta suposición se funda en su creencia de que los extranjeros son también semejantes que le garantizarán su derecho a sobrevivir, lo cual desgraciadamente no es así en algunos casos. Es un problema convertido ya en estructural y tiende a incrementarse debido a factores crecientes (mayor población; escasez hídrica; persecuciones étnicas, políticas o religiosas...) lo que hace necesario abordar su solución no ya con respuestas eventuales sino con asentamientos con una gran capacidad y con una organización material y humana permanentes.

La acogida de refugiados o inmigrantes generan una serie de necesidades en los países de acogida que se suelen ver como inasumibles, por repercutir en la cantidad y calidad de servicios sociales o en el acceso al empleo de los nacionales, añadiendo la inseguridad; las posibles enfermedades contagiosas o la desconfianza y el temor a que la acogida se convierta en una invasión cultural. Por ello, sería preferible que el problema planteado con los refugiados e inmigrantes se abordase de forma que no interfieran en la estructura socioeconómica del lugar de acogida. O al menos que no lo haga en su perjuicio. Este requisito solo se puede atender si se separa a refugiados o inmigrantes en lugares independientes de acogida, separados, en su mayoría, de la sociedad del país receptor.

El problema legal de los refugiados está contemplado en teoría en la legislación internacional y en las nacionales de cada país. Pero asistimos perplejos al fenómeno de un problema que llega a ser masivo para el que no se aplican soluciones sencillas, efectivas, integrales, humanitarias y ágiles y esto ocurre únicamente porque estas legislaciones un tanto oscuras no se adaptan a la realidad, ni humanitaria, ni de seguridad, ya sea para la sociedad de los países receptores como sobretodo y de forma alarmante, para muchos de los refugiados e inmigrantes perjudicados, y en algunos casos atacados por otros supuestos necesitados que intentan pasar como refugiados o inmigrantes inocentes.

De esta forma, ante la iniciativa europea de acoger en masa, la falta de organización y de objetivos claros, junto con una dificultosa adaptación del problema a la legalidad internacional y entre ésta y las propias de cada país, han surgido conflictos y prácticas indeseadas por varias partes (los propios refugiados, mafias, policías, ejércitos, ONG's, gobiernos...) que actúan todas de forma aparentemente autónoma y en contradicción entre ellas, lo que llama la atención al haber en Europa una unión de estados que aspiran a una mayor unidad y centralización, y siendo precisamente esta organización la que más ha mostrado su incoherencia y desconexión con los refugiados y con los lugares de acogida hasta ahora.

Es necesario abordar entonces el problema a partir de un diagnóstico amplio y urgente, implicando a las instituciones que sean pertinentes para elaborar los objetivos. Estos se evalúan de acuerdo a unos principios que deberán estar en equilibrio deseado (seguridad; viabilidad de la acogida; garantía de dignidad en la estancia y el trabajo; etc) para que los migrantes inocentes no solo se vean lo menos perjudicados posible, sino que además los programas creados supongan un beneficio añadido regulado para la sociedad que acoge. Una vez que los programas se hubieran concebido con los objetivos claros y las mejores fórmulas, se adaptarían a la leyes internacionales y nacionales para adaptarse a las soluciones.


Como aportación resumida, la presente exposición ofrece una solución integral viable de acuerdo a unos objetivos claros que garantizan en primer lugar, una estancia controlada y temporal de refugiados e inmigrantes con garantías de seguridad para todos y en segundo lugar, que se pueda aprovechar su presencia como una verdadera simbiosis de beneficio mutuo, o que al menos, se evite en lo posible el perjuicio que se puede ocasionar a la población nacional más desfavorecida. Los principios básicos generales por orden de prioridad serían los siguientes:
  1. Garantizar la seguridad y el orden en el país de acogida. Establecer un control para resituar, encarcelar, expulsar o extraditar a personas conflictivas o a terroristas entre los refugiados.
  2. Garantizar la alimentación; el resguardo; la seguridad; la atención sanitaria; la vestimenta, el aseo y la comunicación útil a todos los refugiados e inmigrantes.
  3. Posibilitar que las dos medidas anteriores perjudiquen lo menos posible a la población local y, si es posible, que pueda haber un beneficio mutuo.
De acuerdo a estos principios se pueden enumerar los objetivos:
  • Establecer asentamientos controlados y organizados de refugiados e inmigrantes en situación regular o irregular que en la medida de lo posible se sostengan mediante una autogestión de las necesidades básicas de todo tipo, planteando para ello una legislación interna especial, gobierno y coordinación entre las comunidades.
  • Creación de sociedades en economías preferentemente de trueque formadas por los acogidos, y que estén en consonancia con su situación humanitaria para satisfacer las necesidades internas de sus comunidades.
  • Creación de sociedades de interés mercantil, social, cultural o ecológico que, integradas por los acogidos, para realizar actividades económicas retribuidas o de otro tipo en beneficio del país de acogida y que no entren en competencia directa con el mercado laboral, ni con las empresas de la zona. Por ejemplo, entre las actividades se encontrarían trabajos de bajo rendimiento productivo, pero con una participación masiva, en donde se realicen infraestructuras; tareas ecológicas o arqueológicas para cubrir requerimientos de liquidez necesarios de las comunidades para adquirir materiales, herramientas, etc, para las actividades de autosostenimiento.
  • Posibilitar un órgano jurídico que adapte la legislación nacional e internacional a estas necesidades básicas de emergencia humanitaria y no al revés, o al menos posibilitar un marco legal de excepción de acuerdo a la emergencia humanitaria
  • Crear un ámbito legal de la autogestión que garantice buenas condiciones humanitarias y que a la vez no supongan un bienestar excesivo que genere una carga engorrosa e inviable para el propio funcionamiento de la autogestión económica y social.

El resultado de este programa se adapta a una acogida y sostenimiento viables de refugiados e inmigrantes regulares o irregulares cualquiera que sea la causa del desplazamiento y divide la actividad de los desplazados en:


- Trabajadores que atienden directamente a la comunidad con servicios (sanitarios, profesores, cocineros, cuidadores, construcción, carpinteros, etc)

- Trabajadores que generan directamente bienes para la comunidad (agricultura, ganadería, textil, camas, muebles  etc) en los sectores primario y secundario.

- Trabajadores remunerados en trabajos complementarios a nuestra economía nacional que benefician al país de acogida, y que aportan liquidez para las necesidades de la comunidad de acogidos

- Trabajadores remunerados que de forma excepcional participen del mercado laboral del país de acogida, si su aportación laboral cubre un déficit necesario de la demanda del empleo nacional

Refugiados e inmigrantes que no están en condiciones de trabajar de acuerdo a los estándares del empleo en Europa (niños, enfermos, lisiados, ancianos, etc) pero que a pesar de ello  podrían aportar alguna ayuda especial con actividades adaptadas a su condición.

- Refugiados e inmigrantes que no están en condiciones de desempeñar tareas, los cuales son atendidos por el resto de su comunidad y por ONG´s 



Una de los planteamientos acerca de la acogida es percibirla como una oportunidad en aparente simbiosis, para integrados en el mercado laboral cubriendo posibles demandas necesarias en el país de acogida, uniendo esto a la integración social en todos los aspectos y para todos, como si se tratara de compatriotas que retornan a su propio país. Esta opción ingenua se presenta como excesivamente integradora y finalmente engañosa. El aprovechamiento laboral de estas personas al mercado convencional del trabajo es muy reducido, tanto para cubrir las necesidades del conjunto de refugiados, como para aplicarse en todos los países de acogida. En la práctica esta aparente simbiosis se convierte en un aprovechamiento reducido que beneficia a pocos empresarios y pocos refugiados, dejando de lado a otros muchos, que tienen que ser devueltos a ninguna parte. De forma añadida el parado nacional se ve perjudicado.

Todo ello crea una alarma social natural y refleja la necesidad de crear soluciones amplias, ágiles e integrales, en donde las leyes queden al servicio de una escala razonable de prioridades humanitarias y no derive en un desorden migratorio y un genocidio involuntario por, entre otras cosas, no chocar con leyes alejadas de esta realidad, que quizá no fueron elaboradas suficientemente para evitar desastres humanitarios en cumplimiento de una justicia social, si entendemos que ésta, en realidad, existe para garantizar una serie de derechos en donde el primero y más importante de todos ellos es el de respetar y proteger la vida humana.




jueves, 26 de mayo de 2016

 ISIDORO RECUPERÓ  EL SABER CLÁSICO 

San Isidoro de Sevilla fue teólogo e historiador, erudito hispanorromano del reino Hispano-visigodo, reconocido como el hombre más sabio de su época que transcurrió entre finales del siglo VI y principios del VII. Su prodigalidad como escritor y su inmensa erudición le convirtieron en el principal promotor de la recuperación de la cultura clásica que se estaba perdiendo en Europa, fomentando el desarrollo de las artes liberales, del derecho y de las ciencias. 
Sus Etimologías son la mejor recopilación de los conocimientos de la época en todos los ámbitos, convirtiéndose en la gran enciclopedia del Medievo y el gran precedente cristiano de la liberal que surgió en la Ilustración. 



Durante la caída de Imperio romano, una serie de luchas y de invasiones germánicas se sucedieron. La repercusión de la creciente influencia de las culturas consideradas bárbaras sobre la antigua cultura grecorromana no pudo ser más desastrosa. Muchos de los escritos y documentos de la cultura antigua se perdieron o quedaron olvidados. Las escuelas dejaron de funcionar. La única institución que pudo salvarse fue la Iglesia católica; a través de un singular esfuerzo de cristianización y de civilización logró que no se perdiesen totalmente los restos de la cultura romana, y una pequeña parte de la griega. La supervivencia de la cultura estuvo entrañablemente unida durante aquellos siglos a los conventos, los monasterios y la vida eclesiástica.

San Isidoro de Sevilla fue la figura más importante de la España visigoda y de la Europa cristiana de los primeros siglos de la Alta Edad Media, principal promotor de la recuperación de la cultura clásica romana y griega que se estaba perdiendo.

Nacido en Cartagena el año 556, fue el menor de cuatro hermanos: sus dos hermanos, Leandro fue obispo de Sevilla, Fulgencio lo fue de Écija, ambos llegaron a ser santos, su hermana Florentina fue abadesa de varios conventos. Su padre llamado Severiano, nacido en Cartagena, probablemente era de una familia romana y católica, pero estaba emparentado con la estirpe del rey visigodo Leovigildo.

Su hermano 
Leandro que era mucho mayor que él, se encargó de su educación porque quedaron huérfanos siendo Isidoro un niño. Isidoro se formó con lecturas de San Agustín y San Gregorio Magno y estudió en la escuela catedralicia de Sevilla donde aprendió latín, griego y hebreo. Leandro fue un hombre influyente en los sucesores de Recaredo, fue obispo de la sede episcopal de Sevilla, y presidió el III Concilio de Toledo. A este decisivo evento asistió Isidoro, tenía 33 años y no era aún obispo. Pero probablemente Isidoro ayudó a Leandro a gobernar la diócesis.


A la muerte de Leandro en el año 600, Isidoro le sucedió en la sede episcopal de Sevilla. Su episcopado duró treinta y siete años, bajo el reinado de seis reyes. Su principal preocupación como obispo fue la de lograr una madurez cultural y moral del clero español y la de completar la obra comenzada por Leandro, que fue la de convertir a los visigodos del arrianismo al catolicismo. Fundó un colegio eclesiástico, prototipo de los futuros seminarios, dedicándose personalmente a la instrucción de los candidatos al sacerdocio. Como su hermano, fue el obispo más popular y autorizado de su tiempo.

Continuó la costumbre de su hermano de arreglar las cuestiones de disciplina eclesiástica en los sínodos, cuya organización se debió en gran parte a ambos hermanos, Leandro e Isidoro.


Considerado como un puente entre la Edad Antigua que terminaba y la Edad Media que comenzaba, su influencia fue muy grande en Europa, especialmente en España y muy leído durante la Edad Media y Renacimiento, ya que al menos diez ediciones de susEtimologías fueron impresas entre 1470 y 1530.

Su aportación política y cultural no sólo abarcó el siglo VII, sino también los tiempos posteriores, ya que su influencia sobre Beda de Gran Bretaña y sobre aquellas generaciones de discípulos que cubrieron el Renacimiento carlovingio resultó esencial en dos aspectos de la sociedad europea: la organización de la Monarquía y la transmisión del saber. Hasta el siglo XVI, sus escritos influyeron en los orígenes de las actuales naciones de Europa y ahondaron en las esencias de la cultura cristiana.

Su saber era inmenso, y tuvo la habilidad de transmitirlo, ya que fue un escritor muy fecundo: entre sus primeras obras está un diccionario de sinónimos, un tratado de astronomía y geografía, un resumen de la historia desde la creación, biografías de hombres ilustres, un libro sobre los valores del Antiguo y del Nuevo Testamento, un código de reglas monacales, varios tratados teológicos y eclesiásticos y la historia de los visigodos, que es lo más valioso en nuestros días, ya que es la única fuente de información sobre los godos. También escribió historia de los vándalos y de los suevos.
Todas estas obras formaron su biblioteca, que fue el conjunto bibliográfico más importante de su época. Sólo en sus Etimologías cita a casi 160 autores y trata todas las materias del saber. En Institutionum disciplinae expone su doctrina para la educación de la juventud; De natura rerum (Sobre la naturaleza de las cosas) un libro de astronomía e historia natural dedicado al rey visigodo Sisebuto; Libri tres sententiarum y De summo bono son dogmáticas y teológicas; Regula monachorum ascética; Judaes y Liber de variis quaestiomibus son de apologética bíblica; De ecclesisticis officiis litúrgicaDe ortu et obitu Patrum,De numeris qui in Sacrea Scriptura occurruntDe Veteri et Novo Testamento quaestiones y Mysticorum expositiones sacramentirum son escriturarias;Cronicon (616) e Historia de regibus gothorum, vandalorum et suevorum son históricas; De ordine creaturarumDe differentiis verborum es más que un libro de sinónimos sino un breve tratado teológico sobre la doctrina de la Trinidad, la naturaleza de Cristo, el Paraíso, los ángeles y los hombres.

En los tres primeros libros, como en los demás libros sobre las distintas ciencias y artes, Isidoro demostró que tan sólo en una cultura abierta y plural, se pueden crear naciones que mantengan vivas sus identidades políticas y religiosas, y aquellas naciones que rechazan esta ley universal se condenan al caos y a la barbarie.


La principal contribución de Isidoro para la recuperación de la cultura clásica fue suOriginum sive Etymologiarum libri viginti, escrita hacia el año 634, más comúnmente llamada Etymologiae (vocablo latino de origen griego compuesto porétymos “verdadero” y logos “palabra”). Sus Etimologías son la mejor recopilación de todas las ciencias y materias desde la antigüedad pagana y cristiana hasta el siglo VII, siendo uno de los textos clásicos hasta mediados del siglo XVI.
Se trata de un inmenso depósito de en el que es almacenado, sistematizada y condensados todos los conocimientos hasta la época. Durante toda la Edad Media fue el texto más utilizado por las instituciones educativas, llegando incluso a sustituir la obra originaria de los escritores clásico. Estudió a 154 autores griegos y latinos, tanto cristianos como paganos, a los que había leído de su texto original o de compilaciones al uso.
Gracias a esta obra, se hizo posible la conservación de gran parte de la cultura greco-romana y su transmisión a la España visigoda. Ni siquiera el Renacimiento pudo disminuir su influencia, ya que llegó a reimprimirse diez veces desde 1470 hasta 1529, y durante mucho tiempo su fama fue comparable a la Biblia, dando origen a numerosas imitaciones inferiores.

La pretensión universal de sus Etimologías las convierte en la gran enciclopedia de la época y el gran precedente cristiano y medieval de la anticristiana y moderna enciclopedia que surgió en la Ilustración. Los enciclopedistas de la Europa de la Ilustración se inspiraron en esta.
Esta obra está compuesta de 448 capítulos reunidos en 20 libros en los que empleó mil manuscritos ordenados y escritos en un lenguaje claro y conciso:

En los tres primeros libros, como en los demás libros sobre las distintas ciencias y artes, Isidoro demostró que tan sólo en una cultura abierta y plural, se pueden crear naciones que mantengan vivas sus identidades políticas y religiosas, y aquellas naciones que rechazan esta ley universal se condenan al caos y a la barbarie.

El libro cuarto trata de la medicina y las bibliotecas;
El libro quinto, del derecho y la cronología;
El sexto libro, de los libros eclesiásticos y los oficios;
El séptimo libro, de Dios y de las jerarquías celestes y terrestres;
El octavo libro, de la Iglesia y de las sectas;
El libro noveno habla del lenguaje, los pueblos, los reinos y los títulos oficiales;
El libro décimo de las etimologías;
El libro once, del hombre;
El libro doce, de las bestias y los pájaros;
El libro trece, del mundo y sus partes;
El libro catorce de la geografía física;
El libro quince, de los edificios públicos y de las avenidas;
El libro dieciséis, de las piedras y los metales;
El libro diecisiete, de la agricultura;
El libro dieciocho, de la terminología de la guerra, la jurisprudencia, y los juegos públicos;
El libro diecinueve, de los buques, las casas y los vestidos;
El libro veinte, de las provisiones, los utensilios domésticos y agrícolas y los mobiliarios.

En las Etimologías explicó que, según la Tabla de Triadas, la cultura clásica dividía la ciencia filosófica en tres partes, y estas a su vez en otras tres:
División Física: Geometría, Aritmética y Música
División Lógica: Gramática, Retórica y Dialéctica
División Ética: Justicia, Prudencia y Fortaleza/Templanza
Esta división se podía reunir en las Siete Artes liberales: el Trivium (gramática, retórica y dialéctica), y el Quadrivium (aritmética, geometría, astronomía y música).
También se ocupó de otras disciplinas como medicina, derecho, lingüística, geografía, agricultura, tradiciones, etc.

La Historia de regibus Gothorum, Vandalorum et Suevorum (Historia de los Godos, Vándalos y Suevos) escrita en 624 es la historia de los pueblos que se asientan en la Hispania romana durante el siglo V d. C. Trata especialmente a los reyes góticos, cuyos reinados y conquistas influyeron en la población hispanorromana.

En su obra De fide catholica contra Iudaeos (De la fe católica contra los judíos), Isidoro amplió las ideas de San Agustín sobre la presencia judía en sociedad cristiana. Se trata de un opúsculo de carácter apologético-polémico, escrito contra el Judaismo (no contra los judíos). Su popularidad fue infinita en la Edad Media, y fue traducida a muchas lenguas vernáculas de esta época. Pero Isidoro estuvo en contra del rey Sisebuto en su idea de promover la conversión al cristianismo por la fuerza, prefiriendo convencer a obligar.

También destaca su obra La Hispania, la cual es una colección de cánones conciliares y epístolas pontificias. Los cánones recogidos corresponden a concilios griegos, africanos, galicanos y españoles, mientras las epístolas pontificadas, más de un centenar, quedan agrupadas por orden cronológico. La riqueza de contenido y universalidad de sus planteamientos confieren a La Hispania un papel de capital importancia, sin parangón posible con cualquier otra colección canónica de la misma época.



El santo hizo un esfuerzo gigantesco para salvar en lo posible el patrimonio de la cultura clásica, por medio de una Biblioteca y de una Escuela, que serían más adelante enraizadas en la obra imperial de Carlomagno.

Su sistema educativo era abierto y progresista, propuso un sistema que abarca todas las ramas del saber humano: las ciencias teológicas y las ciencias prácticas, es decir, las ciencias del espíritu y las ciencias empíricas.

La Escuela, siguiendo el modelo de Boecio y de Casiodoro, dividía todo el saber humano en esas siete artes liberales. El método de enseñanza consistía en dar lectura a un texto para comentarlo después; de ahí viene la costumbre que aún se practica de llamar lección al método de enseñanza.

La primera Biblioteca no es más que un armario para guardar Biblias. En la de Isidoro, figuraban abundantes ejemplares de autores romanos así como de los padres de la Iglesia.

Aquella Biblioteca fue destruida por la invasión musulmana, pero el isidorismo pudo sobrevivir en los monasterios o en los barrios de mozárabes. Para Europa era un patrimonio que volvería a crecer desde el siglo X. Para España, Isidoro previó que la unidad religiosa y un sistema educativo amplio, podían unificar los elementos heterogéneos que amenazaba desintegrar del Reino Hispano-visigodo y gracias a eso gran parte del país se convirtió en un centro de cultura, mientras que el resto de Europa se hundía en la barbarie.


A través de sus crónicas trataba de dar confianza en los nuevos pueblos, que desde España, demostraban su capacidad para asimilar el patrimonio del pensamiento y del saber antiguo.

La filosofía es para Isidoro el conocimiento de lo humano y lo divino, junto con el propósito y cuidado del bien vivir. Distingue entre ciencia y opinión; distingue la ciencia de la sabiduría y el arte, y divide la filosofía en física, ética y lógica.

Su conocimiento de las ciencias sagradas se puso al servicio no sólo de la gloria de Dios, sino de la audacia política que latió en otro de sus grandes empeños unificadores: la liturgia. Defendió la liturgia visigótica, que se convirtió en un signo de identidad nacional, hasta que el rito romano la sustituyó a partir del siglo XI.

Entiende que la ley de la oración es la ley de la caridad, al menos de la caridad política: si rezamos unidos, permaneceremos unidos. Isidoro completó el misal y el breviario mozárabes, que Leandro había empezado a adaptar de la antigua liturgia española. Entre las aportaciones litúrgicas consiguió, por ejemplo, que el día de Pascua fuese el mismo para todos, o que se extendiese un único ritual de inmersiones para el bautismo, o que la música imperase en los templos limpia de toda contaminación profana. La Ley de la oración es la ley de la fe, para los teólogos como él, se cree como se reza.

Isidoro presidió el II Concilio de Sevilla en 619, y el IV Concilio de Toledo, en 633, en los cuales pudo fijar estas reglas.

En Isidoro en el IV Concilio de Toledo, en el que se ha visto además un precedente de las Cortes medievales, y donde, la primera unción de los reyes con el óleo santo, la monarquía hispánica se definió como institución al servicio de la Iglesia.

En este concilio se establecieron los cimientos institucionales de la monarquía católica hispano-visigoda. Muchos de los decretos del Concilio fueron obra de  Isidoro, especialmente el decreto por el cual ordenaba el establecimiento de una política educativa obligatoria para todos los obispos del reino y de un seminario o escuela catedralicia en todas las diócesis. Su reforma y formación del clero se basó en el estudio, la lectura, el conocimiento de lenguas y la copia de manuscritos, especialmente manuscritos en lenguas clásicas (griego y latín) que recopilase el saber de clásico y se alentó el interés por el estudio del derecho y la medicina. Su mayor mérito consistió en advertir el peligro de la pérdida de la cultura clásica y salvar esos conocimientos, convencido de su aportación al hombre y de poder armonizarlos con la religión.

Pero el concilio no sólo produjo conclusiones de carácter religioso o eclesiástico, sino también político. El lugar ocupado por el rey y la deferencia a él debida en el concilio es también destacable: la Iglesia es libre e independiente, pero ligada mediante una solemne lealtad al rey. Para muchos autores fue uno de los primeros pensadores en formular la teoría del origen divino del poder regioDios concedió la preeminencia a los príncipes para el gobierno de los pueblos.

El pensamiento isidoriano ejercería gran influencia en la conformación de las doctrinas políticas que se desarrollaban a partir de la nueva noción augustiniana de la civitas christiana. Los germanos eran ahora los herederos de Roma, custodiosos de su patrimonio.

Isidoro sustituyó a Leandro en el asesoramiento y consejo a Recaredo, y lo continuó con su hijo Liuva. Combatió el empeño de restauración arriana de Witerico, apoyó el regreso de Gundemaro a la ortodoxia y vivió una gozosa complicidad con Sisebuto, su amigo, y con Suintila, en cuya magnanimidad y compasión con los más débiles veía las virtudes modélicas del gobernante cristiano. Pero frenó las apetencias del trono y el altar, advirtió y combatió la invasión de prerrogativas civiles en materia eclesiástica, que se desbocó a su muerte.

Isidoro definió al hombre como animal racional, mortal, risible y capaz de instrucción, y a Dios lo define como ser inmutable, infinito, simple, inspirador, gobernador y rector del mundo natural. Todo fue creado por Dios, pero distingue entre creación y formación. El mal ha sido inventado, el hombre está en el centro del mundo natural, compuesto de alma y cuerpo; es un microcosmos. El alma es incorpórea, racional, invisible e inmortal; tiene principio pero carece de fin.

El libro V de las Etimologías es jurídico, y su concepción de la ley es democrática: constitución del pueblo, sancionada por los mayores de edad. La ley debe permitir, prohibir y castigar; tiene que ser honesta, justa, posible de cumplir, conforme a la naturaleza y a las costumbres, conveniente en tiempo y lugar, necesaria, útil y clara; favoreciendo el interés común. Las leyes pueden ser divinas y humanas, escritas u orales.

El derecho está basado en la ley, y puede ser natural, civil y de gentes. El derecho natural es común a todas las naciones; el civil es el establecido por cada pueblo o ciudad; y el de gentes es aceptado en distintos países.


Su amor a los pobres era inmenso. En los últimos seis meses aumentó tanto sus limosnas que los pobres llegaban de todas partes a pedir y recibir ayuda. Cuando sintió que iba a morir, pidió perdón públicamente por todas sus faltas, perdonó a sus enemigos y suplicó al pueblo que rogara a Dios por él. Distribuyendo entre los pobres el resto de sus posesiones, volvió a su casa y murió el 4 de abril del año 636 a la edad de 80 años. Finalmente, en 1063 fue sepultado en la ciudad de León, en el panteón que para él había construido Fernando I, rey de León, la basílica de San Isidoro de León. El papa Inocencio XIII lo declaró Doctor de la Iglesia, en 1722.





"Isidoro de Sevilla y la recuperación de la cultura clásica",  España Ilustrada
http://spainillustrated.blogspot.com.es/2012/09/isidoro-de-sevilla-y-la-recuperacion-de.html


jueves, 19 de mayo de 2016

REGIONALIZACIÓN COHERENTE A LA CONSTITUCIÓN: (1) CASTILLA Y LEÓN, CANTABRIA Y LA RIOJA

En todos los estados se plantean la ordenación del territorio de acuerdo a un funcionamiento más o menos racional e institucional, y puede aplicarse de acuerdo a infinidad de factores, como la cohesión territorial, economía, cultura, religión, lengua, etc. La ordenación territorial es interdisciplinar y se lleva cada vez más a cabo con extensos análisis y estudios de aplicación que involucran prácticamente a todos los aspectos de la política y de la vida, por lo que es raro que cualquier decisión política no tenga una implicación territorial. En la mayoría de los casos, como parte de la política, la planificación del territorio se realiza en las mismas decisiones del resto de tareas del poder y por ello está sujeta a múltiples intereses particulares; grupos de poder o presión o subordinaciones externas. Todo esto hace pensar que la ordenación del territorio no tiene porqué adecuarse a un deseable equilibrio interno y externo del estado o a un beneficio integral del conjunto del territorio como sería deseable.

El buen ejercicio del planeamiento del territorio debería vertebrarse idealmente como un sistema jerárquico, donde las partes están interrelacionadas y diferenciadas de acuerdo a distintas funciones estratégicas dadas por premisas geográficas, y que integren al conjunto en un sistema económica, política y socialmente eficiente y en equilibrio, que supongan paz y prosperidad. En la práctica el planeamiento del territorio no es perfectamente eficiente ni está en equilibrio pero tiende a él, ya que las distintas fuerzas en liza tienden a transformar las estructuras territoriales para ajustarlas a la economía y demografía y lograr un mayor equilibrio, lo que provoca en la mayor parte de las ocasiones choques de intereses que dan lugar a los hechos convulsos conocidos de la historia. Aunque aparentemente la oposición de fuerzas en el plano internacional y durante la historia ofrezcan una imagen caótica y anárquica de voluntades, éstas se han comportado como una adaptación a situaciones cambiantes del clima, la demografía o a la evolución de técnicas que afectan a la economía y la guerra.

El ordenamiento del territorio se aplica a nivel estatal, regional y municipal, pero depende en último término de la geoestrategia, o conjunto de intereses de poderes que muchas veces son ajenos al territorio en cuestión, ya que todos los territorios están interrelacionados, proceso que va en aumento, y los poderes, que son los entes de decisión, son también cada vez más globales y jerárquicos.

La estructura territorial actual

Actualmente en España el planeamiento del territorio obedece a una esquema de regionalización creada a principios de los ochenta que en muchos casos rompe con la tradición sostenida por miles de años. Las consecuencias de la nueva estructura son muy profundas si tenemos en cuenta que las nuevas regiones poseen un grado de autogobierno tan fuerte que en realidad constituyen poderes que de hecho tienen más capacidad de decisión que el propio país, por lo que estamos en un periodo en el que la disgregación de las decisiones regionales debilitan y desestabilizan a un estado que debiera ser el árbitro del planeamiento del territorio para garantizar el equilibrio de las mismas regiones. La disgregación del estado se relaciona también con un debilitamiento del mismo respecto al exterior, por lo que las regiones en último caso se ven perjudicadas por formar parte de un conjunto en cierto modo descabezado, ya que la unión de intereses del país se ha ido transformando cada vez más en la unión de varios intereses regionales (los de las regiones más influyentes dentro de España) que además en algunos casos son contrapuestos al resto del país.

En la transición política hacia el régimen actual intervinieron numerosas facciones, no solo de tipo ideológico, sino de intereses financieros y territoriales y de alguna forma también externos, que en sus pujas crearon una estructuración regional llamativa. En la constitución de 1978 se ordena la nueva regionalización de acuerdo a conceptos como región histórica, provincias limítrofes, nombres históricos, capitales históricas, etc, que dan idea de una importancia jerárquica dada por la historia en una regionalización que en muchos casos no se corresponde con una visión objetiva de la historia ni con un respeto por la tradición histórica y cultural, que son las que deberían tenerse en cuenta a la hora de articular el territorio.

Los casos de Castilla y León, Cantabria y La Rioja

La actual Castilla-León es una composición de dos regiones, que como su nombre indica, son las anteriores del Norte de Castilla o Castilla la Vieja y de León, y cuyas trayectorias históricas se plasman en el propio escudo de España, donde están representadas en dos (el león rampante y el castillo) de los cinco símbolos regionales de armas que se consideran de las regiones fundacionales de la España moderna.


Identidad y regionalidad en León 

De ellas, la región de León, tiene una tradición histórica que se remonta a los pueblos íberos prerromanos. En concreto a los astures, cuya superposición corresponde exactamente al posterior Convento Jurídico romano de Asturum, que era una subdivisión que inicialmente formaba parte de la Tarraconense y después de la provincia romana de Gallaecia. El convento jurídico se mantuvo después del dominio romano. La estructura territorial de los conventos y diócesis romanas cobra una gran importancia, de acuerdo al uso civil y eclesiástico que adquieren hasta muchos siglos después. Por ejemplo, durante la reconquista existían unas leyes que se referían a la restitución de las antiguas diócesis cristianas (provincias romanas) y conventos jurídicos, previos a la dominación musulmana, así como a sus sedes, ciudades o cabezas de estas diócesis. Muy probablemente sea por ello por lo que el antiguo convento de Asturum se convirtiera en un nuevo reino cristiano, llamado en la reconquista León, por su nueva capital homónima, que deriva del nombre latino de Legio. Por tanto esta ciudad, que ha sido capital de un reino durante siglos y cuyo territorio hereda otros muchos siglos de identidad cultural propia se encuentra en la actualidad sin ser capital más que de una provincia. Su antigua regionalidad no está hoy respaldada por ninguna institución que represente a esta parte de la cultura, la historia, el patrimonio, las posibilidades y su futuro en España.




Identidad y regionalidad en el norte de Castilla

Así mismo, aunque con menos duración en el tiempo, existió el Convento Jurídico romano Cluniensis, cuya identificación territorial también se hace evidente si superponemos su territorio al del reino de Castilla, lo que luego se vino en llamar Castilla la Vieja. Esta incluía en un principio el actual País Vasco. Estaba formada también, desde entonces hasta los años ochenta, por Cantabria y La Rioja.


La capital de Castilla la Vieja era Burgos, una capitalidad secular arraigada que se perdió al formarse la autonomía de Castilla y León. Con ello, también se perdió en realidad la regionalidad fundacional del norte de Castilla. Otras partes del norte de Castilla con menos entidad histórica que León o Burgos se desgajaron del Norte de Castilla y se convirtieron en autonomías. El caso de Cantabria en la regionalización actual es algo sorprendente, aunque puede justificarse en cierto modo por la existencia del pueblo cántabro y su continuidad breve como Conventus romano Cantabrii y después visigodo. Su diferente clima y economía; el mar; su importancia demográfica respecto a la meseta o la significación destacada de Santander como nueva capital de región, junto a otras posibles razones. De hecho en momentos del siglo XIX Cantabria aparece como una región distinta de Castilla. La Rioja en cambio es un elemento aún más llamativo en las nuevas regiones, ya que a pesar de que hay ciertas diferencias geográficas distintivas y una identidad étnica comarcal muy marcada, su entidad territorial no se corresponde con la actual autonomía riojana por excederse hasta Álava y Navarra. La Rioja no fue anteriormente reino, ni conventus, diócesis o pueblo prerromano destacable. Es cierto que La Rioja perteneció por breve tiempo al Reino de Navarra. Sin embargo su pertenencia a Castilla está presente en su raíz común con los pueblos celtas que luego se englobarían en el conventus romano de Clunia, y posteriormente con su heredera Castilla, a las cuales perteneció la casi totalidad del tiempo hasta ahora. Su esencia castellana está corroborada también por su papel fundacional de la identidad castellana, demostrada con la existencia del primer escrito en castellano, en el monasterio riojano de San Millán de la Cogolla. Su identidad y mayor importancia se encuentra entonces en la conformación de Castilla y en particular al norte de Castilla, cuyo centro natural es Burgos.

Identidad y regionalidad en el centro de Castilla-León

Los límites entre los conventus de Clunia (después Castilla) y Asturum (después León) fueron variables, ya que en la época en que la Tarraconense incluía la Gallaecia, el conventus de Clunia se extendía por buena parte Asturum, pero al crearse la Gallaecia, el conventus de Asturum extendió su límite adentrándose en Clunia hasta coincidir con lo que después llegó a ser el Reino de León.

Las regionalizaciones posteriores siempre incluyeron a León y a Castilla por separado de acuerdo a la importancia y exclusividad distintas de sus historias, culturas y lenguas, con aproximadamente los mismos límites hasta el siglo XIX. Durante algunas épocas breves el Reino de León incluye a las casi siempre castellanas Valladolid y Palencia, lo que no hace más que reflejar que, a pesar de la importancia del primer reino de Castilla, heredera de Clunia, existe una zona de transición entre León y Castilla, distinta de algún modo a las dos y que dicha zona se corresponde además con el antiguo pueblo prerromano de los Vacceos. A esta parte, que incluye Palencia, Valladolid, Ávila y Segovia si que le podría corresponder el nombre de Castilla-León, con su capital en Valladolid, una ciudad con una importante historia a nivel nacional por ser la corte de España en varios momentos y su sede judicial, además de ser la actual capital regional de la autonomía más extensa. 

Identidad y regionalidad en Salamanca y Zamora 

Por otro lado, las restauraciones de diócesis y conventus de la reconquista se excedían a veces por diversos motivos sobre otras diócesis. La principal razón era avanzar sobre territorio dominado por los musulmanes. La reconquista española guardaba una estrecha relación con Roma, tanto por la ayuda facilitada de otros reinos europeos para ayudar en la reconquista, como en los compromisos que los nuevos reinos cristianos peninsulares adquirían en este proceso. La prioridad territorial durante la reconquista era recuperar territorios , y seguidamente se atendía a la política de restauración de la diócesis o conventus anterior sobre el terreno reconquistado. De esta forma el Reino de León ocupó el conventus de Asturum, como correspondía, pero fue más allá y añadió Salamanca y Zamora al reino. Estas zonas habían sido del Convento Emeritense, en la Diócesis de Lusitania. Vetonia ocupó originariamente la mitad norte de Extremadura, la provincia de Salamanca. Por motivos de expansión al sur de los reinos cristianos, se creó la continuidad geográfica del Reino de León. León asumió en su territorio a Salamanca y Zamora porque el citado reino tenía cierto derecho de beneficio de anexión de esta parte norte del Conventus Emeritensis (aún vigente como obispado para los cristianos que quedaron resistiendo bajo ocupación musulmana) como compensación por hacer posible la restauración posterior del resto del Convento Emeritense, que se correspondería con la actual Extremadura. A ésta región perteneció más tarde en alguna ocasión las provincias de Salamanca y Zamora. Las dos presencias culturales, León y anteriormente Vetonia, Convento Emeritense o Extremadura, dejaron a esta zona como una identidad cultural en un interregno entre León y Extremadura, lo que unido a la relevancia singular de Salamanca como una legítima capital regional, determine de forma legítima a la provincia de Salamanca y parte de Zamora como otra región diferenciada y con capital en la ciudad de Salamanca. 
Conclusión. Esta es la estructura territorial más adecuada en Castilla y León, Cantabria y La Rioja, según lo expuesto y de acuerdo a un análisis fundado en el respeto a la historia, la cultura de estos territorios y la importancia y significación histórica de sus principales ciudades. Se muestra además una división de tres de estas regiones en grandes comarcas funcionales o pequeñas provincias, entidades que se adaptan en mejores condiciones que las actuales provincias por su mayor cercanía, tamaño, población, aprovechamiento de importantes enclaves culturales y relieve.