jueves, 31 de marzo de 2016

 APLICACIONES CURIOSAS DE LA ENERGÍA SOLAR 

La luz solar proporciona una energía limpia y gratuita que se puede utilizar para multitud de usos con tecnologías tan sencillas, que únicamente por el avance de los materiales actuales se podrían distinguir de ingenios arcaicos. Al igual que las soluciones industriales nos ofrecen sistemas de aprovechamiento para el calentamiento de agua con los extendidos colectores solares en sus diversas gamas de uso (agua caliente doméstica; calentamiento de piscinas; calentamiento de agua para duchas, etc), otras aplicaciones menos extendidas se pueden llevar a cabo si se construyen los montajes necesarios con materiales y medios que se encuentran alrededor o están disponibles en casi cualquier parte.

Desde encenderse un cigarrillo o hacer un fuego en un día soleado, a salvar la vida si se pierden en alta mar bebiendo agua destilada con energía solar, pasando por la posibilidad de cocinar fuera con el sol, como si se tratara de una barbacoa.

Encender una lumbre al sol es tan sencillo como disponer de unas gafas graduadas (mejor cuanto más grandes y gruesas) y situar la lente con más graduación perpendicular al sol, formándose la imagen concentrada del sol en el lado posterior a la lente y que habremos de buscar en su punto más pequeño, que es el más concentrado y caliente con el que se puede encender el cigarrillo. En diciembre puede hacerse esto, ¡con 3 dioptrías!

Desalacion y destilación solar

En una situación de supervivencia, la búsqueda de agua suele ser la necesidad más apremiante. Si carecemos de agua nuestras esperanzas de vida se cifran en torno a los dos días en el desierto y a algo más de una semana en climas frescos. En las zonas secas y desérticas encontrar un curso de agua puede ser complicado. Escarbar en los lechos secos de ramblas da a veces buenos resultados. Los cúmulos de vegetación en un determinado lugar son indicativos de la existencia de agua. En caso de que no encontremos una fuente de agua, aún podemos aprovechar la de la condensación que se produce incluso en los desiertos improvisando un destilador. Necesitaremos un plástico de 2 x 2 metros y un cubo u otro recipiente para recoger el agua. Con este sistema podemos obtener entre medio y 1 litro de agua destilada al día. Hay que cavar un hoyo en cuyo fondo colocaremos un recipiente que recibirá el agua de la condensación que se produce en las paredes del plástico con que cubrimos este hoyo. Una piedra por fuera, sobre el centro del plástico, le da al mismo una forma de cono invertido, por cuyas paredes interiores resbalan las gotas de agua hasta caer por su extremo inferior, donde esta la piedra, y depositarse en el recipiente. El destilador será más efectivo si introducimos plantas en el interior del hoyo.


 


Así mismo, en un entorno más urbano se pueden aprovechar aguas salinas o sucias con las que surtir a otro destilador improvisado, que nos proporciona un agua más adecuada para el consumo humano. La solución es simple: conseguir un plástico que cubre un cubo ancho o un barreño en donde colocaremos el agua no potable y en su interior otro recipiente lo más estrecho posible situado en el centro de su base, que recoge el destilado que resbala por la cara interior del plástico y se decanta con la ayuda del peso de la piedra situada sobre la cubierta de film plástico.

Ya Aristóteles en el siglo IV aC mencionó un método para evaporar agua del mar y producir agua potable. En 1872 se realizó un sistema de gran extensión, 4700 m2, para desalinizar con energía solar en el desierto de Atacama, en Chile, produciendo una media de 22000 litros al día que se usaron para proveer de agua a un campamento de mineros. El método más sencillo y quizá económico hoy día para desalinizar aprovechando la energía solar es el alambique solar. El alambique es un colector solar de destilación, que cuenta con una bandeja rectangular metálica negra en donde se sitúa el agua a destilar. Esta se coloca en el interior de un lecho plano también rectangular con paredes y una cubierta superior transparente, ya sea vidrio o plástico, que cierre el espacio interior y de esta forma deje pasar la luz solar para calentar el agua de la bandeja para su evaporación, sin que esté en contacto con el aire exterior más fresco, que en cambio sirve para convertir a la cubierta superior en un foco frío que atrapa por el lado interno el vapor y lo condensa. La cubierta se dispone en pendiente de manera que el vapor licuado en gotas resbale hacia abajo de la misma. En la parte inferior de esta pared interna de la cubierta se sitúa una acanaladura transversal a la pendiente de caída del agua, que es recogida en un envase exterior.




El residuo no destilado en la bandeja se desecha ya que estas instalaciones no suelen ser tan grandes como para suponer un mínimo riesgo derivado de posibles perjuicios a la flora y fauna marina o terrestre.

Los diseños y patentes varían y ya se dispone de incontables formas de destilación solar mediante alambiques y estas variaciones dependen de factores como la ubicación, disponibilidad de suelo, materiales, cantidades, usos, etc.


Modelo Aquadome para destilar agua de mar en naufragios
https://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=3&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwij-oSeoOzLAhVDP5oKHR12CgAQFggqMAI&url=http%3A%2F%2Frenovablessinlimites.blogspot.com%2F2008%2F12%2Fsol-agua.html&usg=AFQjCNEkS7EUbGuLsV194Igqtudvszfbmw&sig2=9XIBsA7MJtIAvdnNFus7qQ


La cocina solar

La cocina solar es un artefacto que permite cocinar alimentos usando el sol como fuente de energía. Se encuentran de fabricación casera, artesanal o industrial, disponiéndose de un gran número de diseños en cada caso. Se dividen en dos familias:

El horno solar es una cocina solar de acumulación. Lo que hace es transformar la luz solar en calor útil, el cual es almacenado en un espacio interior aislado térmicamente de manera que se puedan alcanzar y mantener temperaturas apropiadas para cocinar. Existen muchos modelos de hornos solares pero en general todos tienen elementos comunes, como la propia caja de material aislante y las superficies reflectantes en sus paredes internas. Dispone de al menos una cubierta transparente arriba y a veces en su pared frontal, que dejan pasar la luz solar, también suele contener una placa o bandeja metálica negra en el interior de la caja, ocupando la mayor superficie en la base del espacio interior. Muchos modelos incluyen facetas desplegables de la caja que contienen superficies reflectantes y aumentan así la superficie colectora de luz solar reflejándola hacia el interior de la caja. Para cocinar con este artefacto hay que destapar la caja e introducir los alimentos en el recipiente (mejor de color negro) con su tapa incluida. Con estos sistemas se pueden alcanzar temperaturas de 150º C, que es con la que se suelen cocinar los alimentos. Incluso siendo la temperatura exterior de 1º C, dentro del horno se pueden alcanzar 87º C. Parece que no hacen falta temperaturas más altas para cocinar. Un horno cocina perfectamente a 90º C, según los usuarios de estas cocinas. Temperaturas más altas sólo sirven para cocinar más rápido o en más cantidad. Algunos prefieren cocinar con temperaturas más bajas, ya que pueden dejar su comida por la mañana e irse a trabajar. Una vez cocinados los alimentos, la comida se mantiene caliente y no se quema, aunque no se recomienda cocinar carnes dejándolas solas si existe la posibilidad de nubes. Por regla general, con una cocina solar de caja de un solo reflector la comida tomará más o menos el doble de tiempo que en un horno convencional.


https://www.google.es/urlsa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&cad=rja&uact=8&ved=&url=http%3A%2F%2Fsolarcooking.org%2Fespanol%2Feasylid-span.htm&bvm=bv.118443451,d.d24&psig=AFQjCNFjvE-GP-9DnAfzn_x4Yj4bOjZMMw&ust=1459557846566279




La cocina solar de concentración se basa en una concentración mayor que en el caso anterior. En este caso la luz solar se refleja sobre un punto mediante una extensión mayor de espejos, lo que también genera la necesidad de realizar un enfoque de la trayectoria solar más preciso y continuado en el tiempo que obliga a mover el cuerpo reflectante más veces durante su utilización (generalmente cada cuarto de hora), pero que hacen posible mayores temperaturas de uso y por tanto mayores posibilidades para cocinar, estando aquí el recipiente generalmente sin aislamiento. Aportan más potencia, alcanzando una mayor temperatura o preparando mayores cantidades. Es ideal para freir. 

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